“…le dieron tres puñaladas
de la espalda al corazón
como su madre le dijo
cuídate de una traición…”.
Corrido de Lucio de Vázquez
Su santoral trajo “Remedios”
pero le pusieron Porfirio, muy probablemente por su tío abuelo Porfirio Alonso,
andariego y mercante de puercos. Fue el quinto de una familia de once hijos.
Una familia de campesinos pobres; pero que contaba con el trabajo incesante de la abuela
paterna: Victoria Alonso, que vendía camotes horneados y otros productos en la
plaza del mercado. Cuando esta murió, Porfirio tenía cinco años. La casa de sus
padres quedaría en el letargo de una larga y lenta pobreza.