diciembre 01, 2016

El General de los pantalones brinca charcos



El hombre solo en su casa
veía conturbado unos
pantalones de General.
Se los había probado
y, para su mala racha,
le habían quedado cortos.
Desde hace tiempo vivía
en una casa chiquita,
hecha para una persona.
Unos jóvenes entraron,
se sentaron en torno a él.
General no por carrera
sino por un simple apodo.
No reconoció a ninguno.
Él estaba consternado.
Su madre había cortado
mal sus pantalones nuevos.
El General no entendía
al ver sus pantalones
arriba de sus tobillos.
Pensaba y no entendía
siendo su madre una mujer
previsora, primorosa…
Pensaba y no entendía
que su madre, sabedora
de cuánto cuesta la vida,
cortó mal sus pantalones.
Los jóvenes aguardaban
ahí como quien visita
a un enfermo caviloso.
El General no recordó
haberles tratado un día
pero le eran familiares.
De pronto aquellos jóvenes
paránronse y saliéronse
sin saludar pero afables,
cuidadosos de no pegar
sus cabezas en el dintel
de aquella casa chiquita.
El General no lamentó
ni el olvido ni el tiempo ido.
Entristecíase por sus
pantalones brinca charcos. ~