Chuperio 2015 |
Las
construcciones en las faldas del cerro Chuperio no son novedad. Han
incrementado con el crecimiento de la población durante los últimos cuarenta y
cinco años. Algo ha defendido al cerro: su constitución arcillosa; de lo
contrario ya fuera una mancha urbana. Sin embargo los afanes y la ambición por
sacarle un tajo de dinero no cesan. Más allá de que es un símbolo para ciudad
Altamirano, cosa que no debe dejarse de mencionar (los pobladores aborígenes
ahí tenían sus asentamientos), constituye un monumento natural que debe
preservarse hoy más que nunca que los trastornos en la naturaleza son notorios
y tal vez ya irreversibles causados en el último siglo de progreso acelerado. Pero
resulta que el cerro tiene dueños (¿a quién pertenecería antes del reparto
ejidal?: tal vez a algún hacendado que lo usurpó a la propiedad comunal), y
tratándose de cosa donde se le puede sacar dinero, es asunto delicadísimo entre
hombres.